viernes, 26 de febrero de 2010

Malos tratos en la Infancia






¿Qué son?

En el término malos tratos se engloban diferentes situaciones, de manifestaciones o gravedad dispar, pero que tienen en común el hecho de poner en peligro la integridad y el desarrollo físico y/o mental del menor; así como el aumentar la gravedad de sus consecuencias con la cronicidad del maltrato.

Aunque es difícil de precisar porque en nuestro país no existen aun registros de casos, algunos estudios han estimado que ocurre algún tipo de maltrato infantil entre 5 y 15 de cada 1.000 niños.

Existen diferentes tipos de maltrato, los principales son:

* Maltrato físico : Cualquier acción no accidental por parte de los padres u otras personas que provoque daño físico o enfermedad en el menor o le coloque en riesgo de padecerlo. Video: Cuenta hasta 10


* Maltrato emocional : es la hostilidad verbal crónica, manifestándose en forma de insulto, burla, desprecio, crítica, culpabilización, castigo, amenaza de abandono o encierro, crear en él un miedo intenso. Es a menudo menos perceptible que otras formas.


* Abandono físico o negligencia : Situación en la que las necesidades básicas del menor no son atendidas temporal o permanentemente por ningún miembro del grupo familiar.
* Abandono y negligencia emocional : Es la forma pasiva o por omisión del maltrato emocional: es la privación afectiva, no atender las necesidades afectivas del niño.
* Abuso sexual : cualquier clase de contacto sexual en un menor por parte de un adulto, u otro menor que posea sobre el primero una posición de poder o autoridad, que es utilizado para realizar actos sexuales o como objeto de estimulación sexual. Existen formas con contacto físico (violación, sodomía, tocamientos, estimulación sexual, prostitución infantil.) y sin contacto físico (solicitud indecente a un niño o seducción verbal explícita, realización del acto sexual o masturbación en presencia de un niño, exposición de los órganos sexuales a un niño, promover la prostitución infantil, pornografía.)
* Otros tipos de maltrato:
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o Explotación laboral : Situación en la que algún adulto obliga al menor a realizar trabajos que deberían ser realizados por adultos o que interfieren en sus actividades escolares.
o Corrupción : se facilitan y refuerzan en el menor pautas de conducta antisocial, sobre todo en el área de la agresividad, sexualidad o drogas. También pueden utilizarle como "tapadera" para la realización de acciones delictivas (robos, transporte de drogas,...).
o Maltrato Prenatal : Comprende el consumo de drogas o alcohol durante el embarazo; y comportamientos de riesgo de la madre que haga vulnerable al feto a infecciones durante el embarazo o poco después del nacimiento, como hepatitis B y C o VIH (virus causante del SIDA).
o Síndrome de Münchausen : Es una forma de maltrato físico en la que los padres someten al menor a continuos ingresos y exámenes médicos alegando síntomas de enfermedad o que no son reales, o que son generados de manera activa por ellos mismos.
o Maltrato institucional : malos tratos ejercidos en el ámbito escolar, guarderías, etc.

Hay que tener en cuenta que en la mayor parte de las veces aparece más de una forma de maltrato, y que, frecuentemente, el abandono emocional acompaña a los restantes tipos.


¿Cuándo sospechar?

Los indicadores son aquellos signos físicos, características sociales o pautas de comportamiento del menor o sus responsables adultos que señalan la posible existencia de malos tratos. La sola existencia de uno o varios indicadores no diagnostica un maltrato, pero la existencia de varios de ellos de forma crónica, puede ser un motivo para iniciar una investigación de la situación familiar.

* Indicadores físicos en el menor:

o Magulladuras o hematomas (moraduras) frecuentes, en zonas no prominentes, de diferente coloración, a veces con la marca del objeto con el que han sido infligidos (cinturones, hebillas, marcas de dientes, dedos o manos...).
o Quemaduras: algunas también con señales definidas (parrilla, plancha, cigarrillos...).
o Fracturas sospechosas: múltiples o, por ejemplo, en la pierna si el niño no camina.
o Mordeduras humanas.
o Está constantemente sucio, con falta de higiene. Ropa inadecuada para las condiciones climáticas.
o Está hambriento con frecuencia, o tiene una alimentación y/o hábitos horarios inadecuados.
o Tiene problemas de aprendizaje escolar.
o Se aprecia constante falta de supervisión, sobre todo cuando el niño realiza acciones peligrosas.
o Tiene problemas físicos o necesidades médicas no atendidas (heridas sin curar o infectadas, infecciones leves recurrentes o persistentes, enfermedad crónica llamativa que no ha generado consulta médica).
o Es explotado, se le hace trabajar en exceso o no va a la escuela.
o Ha sido abandonado en la calle.
* Indicadores del comportamiento del menor:
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o Cauteloso respecto al contacto físico con adultos.
o Se muestra aprensivo cuando otros niños lloran.
o Parece tener miedo de sus padres, de ir a casa, o llora al terminar las clases y dejar la escuela. Raras veces asiste a la escuela, o bien llega muy temprano y se va muy tarde. Se suele quedar dormido en clase.
o Muestra hiperactividad y/o agresividad.
o Puede decir que sus familiares le han causado alguna lesión, o que no hay nadie que le cuide.
o Comportamientos antisociales, participa en acciones delictivas (vandalismo, prostitución drogadicción, alcohol ...).
o Pide o roba comida.
o Son asustadizos, pasivos, negativistas, tienen falta de autoestima.
o Relaciones sociales escasas y/o conflictivas, con comportamientos agresivos.
o Intentos de suicidio.
* Indicadores de los cuidadores : El maltrato infantil se produce principalmente en el ámbito familiar, y uno de los padres es el autor en el 80% de los casos. Aunque no existe una personalidad definida del maltratador (cualquiera puede serlo) hay una serie de factores que aparecen con mayor frecuencia en estos casos:
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o Fueron objeto de maltrato en su infancia.
o Utilizan una disciplina severa, inapropiada para la edad, falta cometida y condición del niño.
o No dan ninguna explicación con respecto a la lesión del niño, o éstas no son convincentes; o bien intentan ocultarla.
o Retrasos en la búsqueda de asistencia sanitaria.
o Parecen no preocuparse por el niño. Culpan o desprecian al niño. Vida en el hogar caótica.
o Tiene una enfermedad crónica que impide la correcta atención al niño.
o Mentalmente enfermo o tiene bajo nivel intelectual.
o Abusa de drogas o alcohol.
o Falta de recursos económicos.
* Indicadores de abuso sexual:
*
o Dificultad para andar y sentarse.
o Ropa interior rasgada, ensangrentada.
o Dolor o picor en zona genital, de forma recurrente.
o Tiene semen en la boca, genitales o ropa.
o Embarazo en un adolescente.
o Confiesa haber sido atacado sexualmente.
o Manifiesta conocimientos o conductas sexuales extrañas o inusuales para su edad.


¿Cómo confirmar el diagnostico?



El artículo 13 de la Ley Orgánica 1/1996 de protección jurídica del menor y de modificación del Código Civil y de la Ley de Enjuiciamiento Criminal establece que "toda persona o autoridad, especialmente aquéllos que por su profesión o función, detecten una situación de riesgo o posible desamparo de un menor, lo comunicarán a la autoridad más próxima, sin perjuicio de prestarle el auxilio inmediato que precise". La notificación de una situación de maltrato la pueden presentar, por tanto, profesionales sanitarios en el hospital, centro de salud, centro de salud mental, los educadores en los centros escolares, otros agentes sociales (policía, fiscalía), y cualquiera que conozca una situación de este tipo.

La Legislación estatal encomienda las competencias en esta materia a las Comunidades Autónomas (CCAA), creando éstas Instituciones específicas para tal efecto, que variarán según las diferentes Comunidades (suelen ser dependientes de los Servicios Sociales: Servicios Sociales de los ayuntamientos, Tribunales de Menores,...). La sola sospecha es suficiente para efectuar la notificación. Dicha notificación no se trata de una denuncia judicial (solo se realizará cuando se tenga conocimiento de casos graves, constitutivos de delito), sino de una puesta en conocimiento de los casos sospechosos de maltrato o de las situaciones de riesgo, que posibiliten el inicio de una investigación de los mismos en profundidad, tendentes a garantizar el bienestar del menor. Si la situación no es grave y no es precisa la intervención inmediata, se notificará a los Servicios Sociales del Ayuntamiento, que iniciarán una investigación para conocer si existe una situación de desprotección del menor. En caso de gravedad, en general el niño precisará la valoración sanitaria en un centro hospitalario, y se notificará al juzgado y a los Servicios de Atención a la Infancia de las diferentes Diputaciones y CCAA. Si no se puede garantizar la seguridad del menor en su domicilio, dependiendo del tipo de lesiones que presente, con la autorización del juez se le hospitalizará o se le acogerá en Centros de Acogimiento.

Siempre que exista una sospecha de Abuso Sexual se recomienda la exploración conjunta en un centro hospitalario por parte del pediatra, el ginecólogo y del médico forense, así como dar parte al Juzgado de Guardia.


¿Qué consecuencias pueden tener?




Además de los problemas o lesiones físicas que puedan producir, se originan diversos problemas psicológicos, que dependerán del tipo de maltrato ante el que nos encontremos. Ansiedad, depresión, temores injustificados, falta de autoestima, anorexia, trastornos psicosomáticos (dolor abdominal, vómitos o dolores de cabeza crónicos), intento de suicidio, conductas agresivas y delincuencia, fracaso escolar, promiscuidad sexual... forman parte de una larga lista de problemas psicológicos ligados al maltrato infantil. Además, es relativamente frecuente que en el futuro, de adultos, los niños maltratados sean a su vez maltratadores.


¿Cómo se solucionan?

Dependiendo del tipo y de la gravedad del maltrato, y tras analizar con profundidad la situación familiar y social se tomarán medidas tendentes a garantizar la integridad y el buen desarrollo del menor. El objetivo inicial es conseguirlo sin desestructurar el núcleo familiar, sin sacarle de su entorno familiar, excepto en los casos extremos en que esté en peligro la integridad física y mental del menor. Existen diferentes tipo de actuaciones desde los Servicio Sociales, que se adecuarán a cada caso: desde los educadores sociales familiares y de calle o las ayudas económicas, pasando por la Guarda y el Acogimiento (formas de acogimiento transitorias de estos menores en familias o centros), llegando en los casos más severos a la Tutela y la Adopción.




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